Los lugares de trabajo del siglo XXI son cada vez más diversos. La mayoría de las empresas emplean a personas con distintos orígenes culturales, religiones, preferencias sexuales y nacionalidades, entre otros factores de diferenciación. Independientemente de cuáles sean sus prejuicios o temores personales, el lugar de trabajo está cambiando. Y es importante que entienda que su reputación profesional y su éxito futuro dependerán de su capacidad para aceptar y tolerar esas diferencias.

Diversidad y oportunidades

La diversidad de culturas, opiniones y experiencias puede aportarnos nuevas perspectivas, ideas innovadoras y ayudarnos a romper nuestros esquemas mentales. Sin embargo, esta diversidad también puede causar problemas de comunicación y desacuerdos que podrían desembocar en conflictos en el lugar de trabajo. Por ejemplo, si por accidente usted ofendiera a alguien por no comprender un rasgo particular de ese empleado que lo diferencia de los demás trabajadores, ofrézcale de inmediato una disculpa sincera. Explíquele que no entendió o no se percató de en dónde radicaba el problema. Por otro lado, si alguien le dice algo ofensivo, piense que tal vez esta persona no sea consciente de las diferencias culturales entre ustedes. Explíquele con calma por qué sus acciones o su forma de hablar no fueron apropiadas.

Normas básicas de comunicación

  • Evite hacer comentarios sobre el origen cultural, étnico o racial, o la orientación sexual de un compañero de trabajo.
  • Escuche de forma activa lo que se dice, preste atención a los demás y esté atento a las señales visuales que indican cómo va el diálogo. Responda y participe en la conversación.
  • Evita hacer comentarios fuera de lugar, chistes que puedan resultar ofensivos o que se burlen de los demás.

Forme parte del equipo

Más allá de cuál sea el elemento que distingue a alguien de los demás, todas las personas quieren, en su lugar de trabajo, que se les juzgue por su desempeño, su profesionalidad y su éxito personal. Cuando las etiquetas y los estereotipos se convierten en «identidades laborales», puede pasar que la persona así aludida pierda la sensación de logro que todos buscamos sentir.